Capitulo 1

¡ Alemania, Primo … Alla voy !

Hola, Me llamo Vianca, un nombre no muy común pero por eso me gusta. Tengo 19 años y hoy voy rumbo a Alemania, a casa de mi primo Georg. La verdad es que quería un cambio. Quería viajar y comenzar una nueva vida en un lugar nuevo. Algo casi típico de alguien de mi edad, creo. ¿Y que mejor que Alemania con mi primo? Alemania queda lejos y Georg era mi primo favorito. Pensar en todas las travesuras que hicimos juntos cuando pequeños y en todos los regaños que nos dieron, me da risa. Todo era divertido, pero un día la madre de él, mi tía, se mudo a Alemania con el y su padre y no lo volví a ver. Pero ahora si y estoy realmente emocionada. El tiene 21 años y vive solo, así que me quedare con él.

Ya el avión había aterrizado y era hora de bajar. Así que me pare y me acerque a la puerta. El aire frio me tiro todo el cabello en la cara, dejándome sin poder ver. Me lo aparte, poniéndolo detrás de la oreja y baje del avión. Pues tras de mi la gente comenzaba a quejarse. Ya abajo me sentía perdida. Había demasiada gente, toda desconocida para mí. No sabía donde me esperaría Georg ni tampoco sabía donde buscar las maletas. Metí la mano en uno de los bolsillos de mi mochila y saque mi telefono. Iba a marcar el numero pero sentí que alguien me toco el hombro y me sobresalte. Me vire rápido, a ver quien era…

-¿Tan feo soy?- pregunto Georg riendo, supongo que cuando vio mi cara de terror

-No seas bobo, es que me asustaste- respondí, ya calmada

- ¿Y no me vas a saludar?- pregunto aun riendo

-Claro- respondí y luego lo abrasé y le di un beso en la mejilla

-Mucho mejor- dijo cuando nos separamos-Ahora vallamos por tus maletas-

-Si porque estoy perdida y no se donde buscarlas- re
í
-Pues vale ven, es por aquí- Dijo comenzando a caminar

Guarde otra vez mi telefono en mi mochila, y luego me la enganche al hombro y comencé a caminar tras el.

Luego de unos instantes y de caminar entre mucha gente porfin tenía mis maletas, y ahora por fin nos íbamos de ahí. A medida que nos acercábamos mas a la salida, el ruido dentro del aeropuerto iba disminuyendo y el sol se hacía mas potente. Mi primo se paro en la orilla de la carretera y llamo a un taxi. Uno se paro. Montamos mis maletas y luego nos montamos los dos atrás. Georg le dijo la dirección al taxista y rápidamente el carro arranco. Yo no aguante y reí …

-¿Porque te ríes?- pregunto riendo también

-Recuerdo cuando éramos pequeños que te asustaban los carros y decias que jamás tendrías uno-

-Y lo cumplí- rio

-¿Enserio no tienes carro?-

-¿Crees que si tuviera te llevaría en Taxi?-

-Buen punto- Sonreí y luego voltee hacia la ventana

Miraba los enormes edificios que se alzaban majestuosos y parecían tocar el cielo. Las fuentes que adornaban las calles y la gente caminando. Los arboles con las hojas rojizas y anaranjadas, era otoño.
De momento el taxi se metió por un lugar donde habían muchas casas de llamativos colores y rodeadas de flores. En las casas no se veia mucha gente ni mucho movimiento, parecía un lugar tranquilo.
Luego, el taxi se detuvo en una casa enorme de dos pisos blanca, con el techo de un color que parecía mezcla de anaranjado y marrón y unas ventanas de cristal.

-Llegamos- dijo Georg bajando del auto

-Wow- fue lo único que pude decir saliendo también del taxi

Bajamos mis maletas y Georg le pago al taxista. Nos dirigimos hacia la casa. Cuando entramos me sorprendí mas. La casa era enorme como lo era por fuera. Y estaba decorada de una forma hermosa y cómoda.

-Me sorprendiste Georg- dije aun mirando a mi alrededor –Tus gustos siempre han sido raros como para tener una casa así- reí

-Así soy yo- rio también -Pero no soy el único que sorprende- dijo mirándome de abajo hacia arriba – Si que has cambiado mucho primita, eres totalmente diferente- dijo dándome una vuelta

-Jajaja Gracias, no puedo decir lo mismo de ti-
-7.7-

-Jajaja es mentira- reí -Si que estas Sexy primo-

-Ya veo que lo de graciosita no se te va- rio

-Si, así soy yo primito-

-Pues vale ven, que te enseñare tu habitación- dijo y corrió subiendo las escaleras

-Ee… Georg-

-¿Que?- pregunto volteando

-¿Me ayudarías?- pregunte de forma sarcástica señalando
las maletas

-O cierto lo olvide- dijo volviendo a bajar

-Si, definitivamente no has cambiado nada- dije cogiendo una de las maletas

-¿Eso es bueno o malo?- dijo cogiendo la otra y volviendo a subir las escaleras

-La verdad no lo se- reí

En el piso de arriba, luego de pasar tres puertas llegamos a la que sería mi habitación. Era bastante espaciosa y muy cómoda. Tenía un armario grande y en las puertas tenia espejo. La cama tenía sabanas blancas y las paredes eran blancas también. La verdad te sentías muy tranquilo allí. Me acerque a la ventana. Por encima de los techos de las otras casas, a lo lejos, se podía visualizar un enorme lago que se extendía sobre las verdes llanuras.

-Wow, gracias Georg, me encanta- Dije soltando la maleta y quitándome la mochila

-De nada, tal vez después con el tiempo la vas poniendo según tu gusto- dijo poniendo la maleta que tenia al lado de la otra –Ahora si quieres puedes descansar, supongo que el viaje fue largo-

-Si, pero ya dormí en el avión- dije encogiéndome de hombros –Creo que comenzare a guardar la ropa-

-Como quieras- sonrió –Voy a estar abajo en la cocina si me necesitas-

-Vale, gracias- sonreí

Georg salió de la habitación cerrando la puerta tras de si. Me arrodille en el suelo a abrir las maletas y comencé a sacar las cosas. Luego de haber acomodado toda la ropa y mis cosas en el sitio que había elegido, salí de la habitación rumbo a la cocina. Cuando llegue Georg estaba comiendo un sándwich.

-Buen provecho primo- dije sentándome a su lado

-¿Quieres?- me ofreció la mitad

-No, gracias, estoy a punto de explotar por todos los maníes que me comí en el avión-

Reímos

-Georg, ¿donde esta el baño? Me quiero bañar-

-Cierto, se me olvido mostrártelo- dijo con la boca llena
Sonreí, definitivamente Georg no cambia.

-Cuando subas las escaleras, es la puerta que te queda de frente- dijo y luego trago –Pero aquí si tardas mucho se
acaba el agua caliente- me aviso

-Vale, gracias- dije parándome de la mesa –Intentare bañarme rápido- sonreí y salí de la cocina

Subí al baño y me encerré. Me quite la ropa y me metí en la ducha. Cuando me metí bajo el agua caliente me dio un poco de escalofríos pero ese baño era justo lo que necesitaba. Me preguntaba como me iría ahí en Alemania, como me iría con mi nueva vida. La verdad es que Georg me estaba haciendo un súper favor. Apague la ducha y comencé a enjabonarme. No se porque tenia el presentimiento de que esa nueva vida seria toda una aventura para mi. De que definitivamente seria divertido. Volví a prender la ducha y a meterme bajo el agua. Intente bañarme rápido para no gastar el agua caliente. Imaginarme a Georg bañándose con agua fría me daba risa. Así que apague la ducha y salí. Cuando Salí me di cuenta de que no había traído ropa. La verdad es que es algo típico en mi. Una mala costumbre que tengo. Supongo que ahora viviendo con Georg tendré que acostumbrarme a traerme la ropa. En fin, tome la toalla y Salí del baño.

-Vianca- me llamo Georg subiendo las escaleras rápidamente, al parecer estaba esperando a que saliera

Pero se detuvo y me miro, al parecer se había avergonzado y parecía que quería salir corriendo de ahí. Pero no se ruborizo, Georg siempre a sido difícil para ruborizarse.

-lo siento- se disculpo volteándose

-No te preocupes- dije –Es solo una mala costumbre que tengo, siempre lo he hecho pero no te preocupes, intentare que se me pase-

-A bueno- se volteo otra vez, ya normal–Entonces con migo no hay problema- sonrió

Alce una ceja.

-¿Qué? Hablo enserio, solo quiero que te sientas como en casa. Pero en fin haz lo que quieras-

-Vale, gracias entonces-

-De nada, ahora tengo que decirte algo- dijo rascándose detrás de la oreja

Me preocupaba que hiciera eso, así que supuse que la noticia no era muy buena.